La compañía burgalesa Fricaltec lanza Sanibox, un cubículo especialmente pensado para el sector textil, capaz de higienizar ropa y complementos en una hora como máximo y «en cualquier momento»
Inesperada y repentina, como un elefante en una cacharrería. Así fue la entrada del Covid-19 en nuestras vidas, trastocando planes a corto plazo y poniendo en jaque a todo un planeta. Y aunque al final sucumba, a poder ser más pronto que tarde, las medidas de seguridad prevalecerán para evitar ésta y cualquier otra pandemia. En ese necesario proceso de «adaptación», la compañía burgalesa Fricaltec ha implementado mejoras y diversificado sus líneas de negocio con el objetivo de trasladar sus sistemas de desinfección y purificación de aire a múltiples sectores donde antaño «parecía exagerado». Al mismo tiempo, la empresa ha diseñado Sanibox, una cámara estanca que higieniza toda clase de prendas y complementos en una hora como máximo. Visto lo visto, queda claro que el «plus de seguridad» que demandan las industrias se extenderá progresivamente a otros ámbitos.
La tecnología punta de tratamiento virológico «ha venido para quedarse», asevera el director comercial de Fricaltec, Mario Albarrán. Razón no le falta, pues a raíz de la crisis sanitaria ha quedado patente la necesidad de higienizar espacios abiertos al público. Tiendas, salas de reuniones, residencias de mayores… De aquí en adelante, lo más probable es que la implantación de esta clase de sistemas no se limite únicamente al ámbito sanitario. La principal ventaja, apunta, reside en que el traslado de estos nuevos usos es «relativamente fácil». Sobre todo en aquellos enclaves que ya disponen de sus propios conductos de climatización y ventilación, aunque también cabe la posibilidad de habilitar «equipos autónomos de fotocatálisis o ionización».
Los almacenes disponen de toda clase de materiales para atender las incidencias de sus clientes.
Sin lugar a dudas, Sanibox aspira a convertirse en la joya comercial de la corona. La innovación «va en el ADN de la empresa» y en «tiempos cambiantes» surge la necesidad de «ajustarnos a esas nuevas realidades». Principalmente enfocado al sector textil, sin perjuicio de que se pueda aplicar en otros ámbitos, este cubículo similar a un «probador» dispone de un generador que combina peróxido de hidrógeno y radicales libres de hidroxilo para eliminar cualquier patógeno que pueda encontrarse en las prendas. Según detalla Albarrán, consta de dos programas -sencillo en 30 minutos, intenso en 60- y «puede estar funcionando en cualquier momento». Una vez acabado el ciclo, «no queda ningún microorganismo». Además, existen distintos tamaños en función de la superficie requerida para su instalación.
La empresa se plantea la posibilidad de organizar una jornada de puertas abiertas para mostrar el prototipo ubicado en sus instalaciones.
Al tratarse de un lanzamiento reciente, Fricaltec encara ahora la fase de promoción del producto. Tras gestionar «pedidos de prueba» para grandes cadenas, la empresa se plantea la posibilidad de organizar una jornada de puertas abiertas para mostrar el prototipo ubicado en sus instalaciones. Por otro lado, Albarrán considera imprescindible «discernir entre información útil y no útil». Más que nada, porque la pandemia está generando «muchísima confusión en la gente», sobre todo en los responsables de comercios o residencias a los que «les están ofreciendo todo tipo de productos». Algunos, como el ozono o los sistemas de purificación química, «pueden poner en riesgo la seguridad de las personas». No es por ello de extrañar que el Ministerio de Sanidad y la Junta de Castilla y León hayan tomado cartas en el asunto para recordar que su utilización debe circunscribirse a ámbitos profesionales muy concretos.
Si algo caracteriza a los sistemas desarrollados por la compañía burgalesa es su apuesta por una combinación de elementos «completamente natural». Gracias a la fotocatálisis y la ionización bipolar «conseguimos que todo el aire que está circulando por los conductos salga completamente higienizado y libre de patógenos». Aparte de «seguro, huele a limpio», apostilla Albarrán a sabiendas de que el ozono, más allá de los riesgos, requiere ocho horas de ventilación.
Bajo la premisa de «aportar lo que sabemos» en una «época en la que nos estamos acostumbrando a los guantes y las mascarillas», la plantilla de Fricaltec ha logrado superar el bache de la crisis implementando el teletrabajo en uno 80% desde el Estado de Alarma. Lo mas importante, a juicio de Albarrán, es que «siga fluyendo la comunicación entre todos», pues solo así se seguirán «consolidando los objetivos marcados».
Fuente: diariodecastillayleon.elmundo.es