Un grupo de más de 200 científicos procedentes de diversas disciplinas advertía en una carta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que tenía que tomar más en cuenta la posibilidad de transmisión del coronavirus por el aire.
Indican que hay un potencial significativo de exposición a la inhalación del virus en microgotas a media distancia, llegando a varios metros o dentro de una habitación, y que es una explicación muy plausible para entender los contagios masivos y nuevos brotes que se están produciendo actualmente.
Jordi Sunyer, jefe del programa de Salud Infantil de Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra es uno de los firmantes de la carta y tiene claro que “dar el peso debido al contagio por aerosoles es un reto” y que en espacios interiores mantener la distancia no es suficiente.
Hasta el momento, la principal vía de contagio del nuevo coronavirus es la exhalación de partículas contaminadas por parte de una persona infectada al toser, estornudar, gritar o reírse, pero también a través de una conversación usual.
Estas partículas se quedan flotando en el aire formando minúsculas nubes de gotitas (aerosoles) que, en espacios interiores, están a merced de corrientes y movimientos de aire que pueden desplazarlas a varios metros de distancia.
Recientes estudios aseguran que estas nubes de partículas, que son más pequeñas que 5 micrómetros (0,005 milímetros), pueden permanecer en el aire desde «sólo» unos minutos hasta varias horas, precipitando y depositándose finalmente en las superficies de objetos, materiales y personas.
En entornos cerrados donde la circulación de aire es menor, la concentración de partículas no se dispersa y por tanto el distanciamiento no es tan eficaz como en entornos abiertos, si bien es imprescindible puede no ser suficiente.
«A este virus le gusta mucho que la gente esté en un espacio cerrado durante períodos prolongados de contacto cara a cara», explica William Schaffner, profesor de medicina preventiva de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee, Estados Unidos)
Un sistema adecuado de climatización e higienización del aire puede reducir mucho la capacidad de contagio e infección del virus en espacios interiores sin menoscabar el bienestar de las personas que ocupan los espacios.
Sistemas como la fotocatálisis o la ionización han demostrado una eficacia superior al 99%, sin perjuicios para los seres humanos con una amplia implantación en otros ámbitos y con una inversión muy ajustada.
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