Un estudio de la Universidad de Burgos y la Plataforma Edificación Passivhaus detecta muchas carencias de confort, calidad y ventilación en las aulas.
Juan Manuel Manso, doctor y profesor en la UBU que ha dirigido el estudio señala que es necesario tomar medidas para mejorar estos aspectos que mejorarán la salud de nuestros hijos y sus resultados académicos.
El epidemiólogo y pediatra, Quique Bassat, indicó que ventilar de manera manual las aulas, que es lo que ahora establece el protocolo higiénico-sanitario aprobado por el Gobierno, es “solo una solución de urgencia” que permite salvar el problema, pero no es algo que se pueda hacer siempre ya que cuando llegue el frío este tipo de ventilación no es viable.
Según Pedro Mariñelarena, vicepresidente de la Plataforma de Edificación Passivhaus, El ambiente ideal en las aulas debería estar entre 20-22ºC y una humedad relativa de entre 40 y 60. Estas condiciones sólo se cumplen en torno a un 68% del tiempo que pasan los estudiantes en las aulas.
Además de a la salud de los estudiantes, una mala ventilación con excesiva concentración de CO2 (a partir de 800 ppm), influye en el rendimiento, aumentando el cansancio, dolores de cabeza, apatía y falta de concentración, factores que se incrementan en los niños debido a su metabolismo. El estudio afirma que apenas el 32% del tiempo las aulas tienen unas condiciones de CO2 adecuadas.
Cruzando los datos de temperatura, humedad y concentración de CO2, el estudio concluye que sólo se dan las condiciones adecuadas en torno al 16% del tiempo de estancia en el colegio, es decir, menos de una hora de la jornada lectiva diaria.
Se hace necesaria una ventilación mecánica de doble flujo que garantice el mantenimiento de las condiciones de confort óptimas antes indicadas y una mayor protección frente al COVID19 y su transmisión aérea.